Cómo crear una rutina que funcione para ti

por Nia Linnez

“La rutina ideal no es la que sigue a otro autor, sino la que encaja en tu vida”.

Aquí hay pasos para diseñarla.

Elige tu mejor momento del día. Algunos escriben mejor por la mañana; otros, por la noche. Tómate tu tiempo para descubrir qué momento del día es más inspirador y puedes concentrarte.

Crea un espacio inspirador. Una mesa limpia, una vela aromática, una música suave… Crea un ambiente que te invita a escribir.

Sé flexible, pero constante. Si un día no puedes escribir en tu horario habitual, encuentra otro momento. Lo importante es no abandonar.

Ejemplos de rutinas de escritores famosos.

Ernest Hemingway escribió al amanecer, de pie, y se detenía antes de agotarse. Esto le permitiría mantener la energía para el día siguiente.

Toni Morrison empezaba su día viendo el amanecer y reflexionando, antes de escribir. 

Stephen King se sienta todos los días en el mismo lugar, con un horario fijo, hasta completar al menos 2.000 palabras.

Realizar tus rutinas no solo mejora tu productividad, sino que también te conecta con una comunidad de escritores que comparten tu pasión y se enfrentan a los mismos desafíos que tú.

¿Cómo encontrar inspiración para escribir?

La inspiración es como un pájaro huidizo, aparece cuando menos lo esperas, pero puedes atraerlo creando un ambiente propicio. 

Fuentes inesperadas de inspiración.

Camina por lugares nuevos: Los paisajes, las conversaciones de extraños, los aromas desconocidos… Todo puede convertirse en chispa creativa.

Escucha música evocadora, las melodías pueden transportarte a estados emocionales profundos y desbloquear ideas.

Explora otros medios artísticos como pinturas, películas o incluso recetas, que pueden despertar conexiones inusuales.

Técnicas para despertar tu creatividad

Escribe sin censura: Dedica 10 minutos diarios a escribir lo primero que venga a tu mente. A menudo, las mejores ideas surgen del caos.

Cambia de escenario: Si siempre escribes en casa, prueba una cafetería, un parque o una biblioteca. La novedad estimula la mente.

Elige un tema en especial y genera ideas en torno a ese punto, de ahí encuentra subtemas que comienzan por una pregunta y contesta esas preguntas y repite el mismo proceso. Esto te permitirá escribir y empezar a dar forma a un contenido que puede ser tan amplio como tú lo quieras. 

Haz preguntas locas y busca las respuestas en tu interior. ¿Qué pasaría si un libro pudiera cantar? ¿Y si las paredes tuvieran memoria? Estas preguntas pueden llevarte a mundos fascinantes. 

Todo es válido y, mientras experimentes, te darás cuenta de cuánto contenido has escrito.